miércoles, 25 de agosto de 2010

Cartero

Por lo menos que seamos a la vista como nubes en el atardecer, sino no habrá pizca de posibilidad. Como nubes que cruzan el cielo, aunque no lo llenen. Les da la luz por debajo y se hacen presencia en sus colores de reflejo. Un número suficiente a la vista. Porque, por lo general, cada uno estamos en asuntos propios, apartados: aislados pensando qué haría yo, qué quiero yo, cómo lo veo yo, qué puedo hacer yo. Creando un curriculo particular y así perdiendo el tiempo. No nos enteramos que sin el grupo somos ejemplares mínimos. Ha pasado un subnormal haciendo ruido con una moto y ni siquiera somos capaces de intimidarlo. Si hubiéramos salido a los balcones todos los vecinos, o un número considerable, te digo yo que el niñato se lo pensaría un par de veces antes de venir a jodernos. Nada tenemos de fiero un par de viviendas.

-Toma, es de anoche- me da este papel. Él también me tiene como cartero.

lunes, 23 de agosto de 2010

Cartero

Joder, está hecha una mierda, joder, esta mesa está hacha una mierda. Le faltan los trozos, no es que hayan escrito encima. Le faltan los trozos en el borde y me pincho los brazos: astillas a mis brazos y arañazos. El tipo se ha encargado de levantar los trozos poco a poco e ir marcando los bordes que va creando a bolígrafo. Pare él es toda una hazaña. Claro, el pensaba que no era suya por eso hizo esto y se iría tan conforme: es el significado perverso de la propiedad. Así funciona. Un día uno me contó como una gracia que en una obra había meado por un agujero, por un tubo y que le cayó a un fontanero o a uno de climatizaciones, no me acuerdo, en el ojo. Se creía que me iba a reír. Le dije que ese ojo era suyo, que cómo era así, que ese ojo era suyo. También la mesa es del otro tipo, ellos no se lo creen. Lo normal es que estuviera obligado a comerse esos trozos de mesa: si lo ha cogido, que le de uso.
-Toma, es de hace unos minutos -me da este papel. Los moralistas me tienen como cartero-.