lunes, 23 de agosto de 2010

Cartero

Joder, está hecha una mierda, joder, esta mesa está hacha una mierda. Le faltan los trozos, no es que hayan escrito encima. Le faltan los trozos en el borde y me pincho los brazos: astillas a mis brazos y arañazos. El tipo se ha encargado de levantar los trozos poco a poco e ir marcando los bordes que va creando a bolígrafo. Pare él es toda una hazaña. Claro, el pensaba que no era suya por eso hizo esto y se iría tan conforme: es el significado perverso de la propiedad. Así funciona. Un día uno me contó como una gracia que en una obra había meado por un agujero, por un tubo y que le cayó a un fontanero o a uno de climatizaciones, no me acuerdo, en el ojo. Se creía que me iba a reír. Le dije que ese ojo era suyo, que cómo era así, que ese ojo era suyo. También la mesa es del otro tipo, ellos no se lo creen. Lo normal es que estuviera obligado a comerse esos trozos de mesa: si lo ha cogido, que le de uso.
-Toma, es de hace unos minutos -me da este papel. Los moralistas me tienen como cartero-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario